En un comienzo, al tener conocimiento de los Gokai, me parecieron simples y hasta en cierta forma fáciles de seguir. Claro está, que todo está condicionado a la percepción que tengamos de las cosas en un determinado momento. Y es ahí, donde al aparecer un problema o una determinada situación fue donde caí en la cuenta de que ponerlos en práctica no era nada fácil…¿Y por qué? Porque entendí que no se trata de repetirlos de memoria o postearlos porque estemos de acuerdo en lo que creemos que representan, sino de tratar de vivirlos en el día a día.

Las herramientas recibidas en Okuden, la constancia y tiempo en la observación de las emociones propias, fueron llevando al “ darme cuenta” un poco cada día.

Creo que es importante para ir tomando conciencia en el instante en el que aparecen emociones como el enojo o la preocupación, ir analizándolas, asumiendo las causas y trabajando en ellas (sin reprimirlas). Al profundizar este análisis aparece la sombra que nadie quiere ver (quizás porque nos enseñaron que era una parte aborrecible de nosotros mismos); pero que en definitiva hay que tratar de aceptar como parte de uno. Un proceso por demás difícil.

Y es así como que muy lentamente se va provocando una transformación en la mente, con fuerza de voluntad para tratar de enfocar la energía en el momento presente, alineando el pensamiento y las acciones, con respeto hacia uno mismo y hacia los demás seres; con gratitud hacia la vida.

Ocurrió que sin poner demasiadas expectativas, un día me sorprendí de transitar situaciones difíciles y solucionar problemas con una entereza hasta el momento desconocida , y que en un pasado no muy lejano me hubieran dejado bloqueada.

Es destacable que ningún cambio real es inmediato, necesita de la voluntad de convertir este trabajo en un hábito, ya que las dificultades siguen y seguirán apareciendo; pero es un primer paso importante dejar de funcionar en “automático”, empezar a cuestionarse y buscar la actitud apropiada que permita modificarnos a nosotros mismos.

En esto no hay atajos ni recetas milagrosas como las que se venden por miles en internet. Así como una semana de dieta o de gimnasio tenemos por comprobado que no produce ningún resultado, tampoco el asistir a un seminario de reiki sin perfeccionarse día a día en las herramientas que ofrece, produce ningún resultado en nuestro crecimiento interior y en el marco de la disciplina.